Romancillo estival
Corre ya, niña,
hazte las trenzas,
recógete el cabello
para estar fresca.
Viene el verano
con lanza fiera,
aguijoneando campos,
colinas y praderas,
pero a la noche, niña,
suéltate el pelo
para que cubra
mi cuerpo entero.
No tengas miedo,
que a la mañana
yo tejeré tus trenzas
tal como estaban.
Dela W
.
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