miércoles, 20 de enero de 2021

CACAO EN BUCLE

 CACAO EN BUCLE 

Esta mañana me preparé una taza de chocolate. Rarísimo pues solo lo tomo en ocasiones contadas, debo ser la única mujer en el mundo a la que el cacao no le prive. Espero que me endulce la bilis. 

Unos se chupan el dedo y otros el bote, los más nos tenemos que contentar con migas y yo ya no estoy para tragar mentiras, tralalá.

Ni don Simón, ni políticos, ni la bruja de las velas negras saben como coño saldremos de esta. La administración renquea, la vacuna va remolona y se ignoran el alcance de su efectividad y la virulencia de las nuevas cepas. 

De momento vuelven a encerrarnos encubiertamente. Cincuenta y dos días estuvo menda sin pisar la calle, ¿y de qué sirvió si otros muchos se dedicaron a romper burbujas?. Vivimos en bucle, tétrico dejavú del 2020.

Me indigna que nos impidan el DERECHO a acceder a hospitales con familiares que necesitan ser operados, ni llevando PCR + test de antígeno en mano. Sin embargo existen patentes de corso; cazadores y amantes del esquí pueden campar a sus anchas. La nieve deja pingües beneficios y si la “actividad cinegética” se suspendiera acabaríamos comidos por los conejos, como cualquier idiota sabe.

Pocos escaparemos del virus, lo veo imparable, riéndose de nos. A mi alrededor ya tengo amistades infectadas. “Despedíos de toda esperanza los que aquí entréis”, descifro en los dinteles de hospitales; se cierran las puertas y no sabes si volverás a ver, con vida o sin ella, a quien queda dentro. 

Sálvese el que pueda, quien sea alcalde o “mujer o marido de”. Curiosamente cuando se les ha llamado para inocularles “las dosis sobrantes” han llegado volando al requerimiento, no se encontraban REUNIDOS, estado vital de todo edil cuando se demanda su presencia.

Y una, en la distancia, con las manos atadas mientras abren en canal la propia carne, mendigando que alguien tenga la piedad de teleinformar, llena la oreja de prohibiciones “por el bien común”, ¡venga ya!. 

La manga es ancha solo para los que cortan el bacalao.

Y apestan a podrido de aquí a Dinamarca.

D. W



 

 

 

 

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo y con el mismo cabreo que tú. Nada importan los muertos ni los vivos, solo campan a sus anchas los vivales

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