sábado, 23 de mayo de 2020

BASURA

BASURA
Una grandísima parcela se extiende tras mi casa. Está plena de olivos cuajados de aceitunas que su dueño no recoge. Tal vez un día la venda, mientras le conviene más alquilarla para vallas publicitarias pues linda con la autovía.
Un arroyuelo sequerón la corta en un extremo, suele estar lleno de basura a pesar de que a cien metros campan varios contenedores.
Allí, como un desecho más, alguien tiró un gatillo de no más de dos semanas. Maullaba desesperadamente pero nadie quería reparar en él.
Chillaba aún más cuando me lo trajeron, muertecito de hambre.
Esa noche llovió así que lo libramos de una muerte cierta.
Probablemente la gata de un miserable parió y este decidiera deshacerse del “problema”. Del resto de la camada ni rastro.
Los primeros días pensé que no lo sacaría adelante, se mostraba tan apagado que temí que se fuera apenas llegado.
Ya me llama cada tres horas pidiendo su biberón, yo capto su mínimo ronroneo. Él conoce mi voz y como huelo.
Soy su madre porque lo es quien cría y ama.
Le han salido dientes, no como jazmines adolescentes sino de vampirillo bebé. Ya se le están despegando las orejas del casco, dándole aspecto de Yoda y haciéndome preguntar por qué no le llamé Carlos Windsor.
Quisiera que el basura canalla que lo tiró supiera que no se salió con la suya, que vive feliz y es querido.
Considero que quienes no dan valor a la vida de un animal tienen el corazón tan pequeño que le no cabrán ni sus propias miserias. Deben ser gentuza capaz de matar por la última aceituna o el único respirador.
Mi nuevo gato se llama Rivi.
No hay quinto malo.
D. W.


2 comentarios:

  1. Rivi es precioso y tu eres una madre por instinto. Le ha tocado la lotería y también a ti. Ya sabes, no hay 5°malo.

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    1. Además ha llegado en un momento oscuro a poner luz en mi vida, creo que esa es la maravillosa misión que cumplen los animales.
      Si pudiera convertiría mi casa en el jardín del Edén.

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