jueves, 15 de diciembre de 2022

CANON

 CANON 

 

Pues voy yo y me quedo prendada de un sostén de encaje verde sirena que se abrocha por delante y tiene una espalda de ensueño. Tres tiras de flores de guipur bajan desde la nuca hasta debajo de los omoplatos. 

Entro en la tienda virtual y no hay de mi talla porque solo fabrican “medidas estándar”. Con la de féminas operadas que hay me extraña que mis naturales 100C no entren en esa categoría. Les voy a poner una reclamación. Que se preparen estos cretinos de TTA-Bra.

 

En la tienda “física” (corsetería se llamaba antes) pido hablar con la responsable, que resulta ser un hombre. Eso me disgusta. Un vendedor debe haber probado su producto o al menos ser como era el mercero de mi barrio (antes de que en los barrios desaparecieran las tiendas), capaz de averiguar las tallas con una ojeada. Tenía esa gracia quizá por ser el menor de cinco hermanas y mariquita. Todas las mujeres en tres kilómetros a la redonda aullamos de pena cuando se jubiló.

Pero este huele a heterosexual. Me mira con displicencia y deja que mis palabras se estrellen contra el suelo como una colilla. Le falta pisarlas. Dejándome ver su ancha espalda cubierta por una camisa sin una arruga, se aleja, diciéndome que va a llamar a la encargada.

 

Esta vez si me atiende alguien de mi género. Una mujer espectacular, una “ADA: siliconADA, boxtomizADA y rellenADA. Le cuento mi enfado por la falta de tallas y me responde:

   —Estimada clienta: lamentamos no satisfacer su demanda, pero tenemos a su disposición docenas de diseños adecuados a su edad y peso.

 ¿Mi edad y mi peso? ¡quiero ese sostén así me salgan las chichas entre los guipures! - digo para mí mientras la fulmino a metrallazos de pupila.

  —Los modelos en tul no son factibles en tallas superiores pues no cumplirían su función al menos que se refuercen, cosa que les restaría el glamour del que somos referentes.

  —Hay puentes que pesan toneladas sostenidos por cables y ustedes, que se autoproclaman profesionales de la lencería ¿no son capaces de levantar dos pechos?

 

La ADA abre y cierra los ojos confundida. Se le enredan las pestañas de arriba con las de abajo. Se le va menguando la voz al contestarme: estimada clienta lamentamos…amos…amos…

Acude apurado el responsable y ante mi estupor, propina a su encargada un puñetazo en el estómago. Yo voy a gritar cuando el hombre me dice:

  —Usted perdonará, es un prototipo en pruebas y aún se encasquilla. -la desenrosca por la cintura y con cada mitad del cuerpo bajo sendos sobacos se pierde tras una cortina cercana a los probadores.

Salgo de la tienda andando hacia atrás percibiendo, amortiguado por el hilo musical, el siseo del motor de las demás dependientas

D. W

 



 

 

 

 

1 comentario:

  1. Un post muy interesante y revelador. Es importante comprar sujetadores y prendas que se adapten a ti para no sufrir daños y pequeñas molestias. Además, estas pequeñas molestias pueden agravarse y convertirse en algo peor. Por ello, compra los sujetadores de tu talla después de haberte asegurado de que realmente es al tuya.

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