jueves, 18 de marzo de 2021

REBOBINAR

 REBOBINAR 

Se fue; espero que para siempre, ya no soportaba su vulgaridad.

Confieso, con rabia, que la discusión quebró mis nervios, aunque con los años aprendí a ensamblarlos con un buen coñac.

Lleno el vientre de la copa con el licor; a contraluz tiene los tonos de su pelo. Bebo un sorbo y otro, mis venas son alambique del tiempo destilando ausencia.

Con mano febril, abrazo las curvas del cristal y poco tarda el contenido en desplegar sus aromas, igual que su cuerpo al rozarlo respondía abriéndoseme.

No quiero recordar lo bueno, que lo hubo, mas apuro de un trago el resto y pulso su nombre en el teléfono:

 “Ven”.

Después; me cuenta que a ciruelas, madera y fuego le supieron mis besos.

D. W

*Publicado en “El Observador” el 12 de marzo de 2021




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