jueves, 26 de noviembre de 2020

ABUELITO DIME TÚ

 ABUELITO DIME TÚ 

—¡Nene, tíralo ar suelo así le damo trabao a loh barrendero!, -así educaba el abuelo al nieto-, que hay muncho paráo.

La hija de uno y madre del otro no pudo callar su enfado.

—¡Papá, no le digas eso al niño! -con la mirada invitó al hijo a llevar el celofán del caramelo en la mano hasta encontrar papelera donde tirarlo. “Y si no hay ninguna, te lo guardas en el bolsillo para dejarla en la basura de la la casa”.

—Estás amariconando ar niño...

—Por favor, no desbarres.

—¡Po no vé como está er suelo de mierda... eso é curpa de ello que no limpian... pero si que cobran.

La mujerya harta, le cortó:

—Si está sucio es por gente como tú que empuerca.

Una señora que pasaba la aplaudió, “¡muy bien dicho hija!”.

El entrañable abuelito bramó: “otra chalá perdía, y tú vaya boquita llamando puerco a tu padre”.

—Vale ya, mejor nos vamos que no quiero discutir, ven hijo, despídete del abuelo.

El chavalillo trotó como un gamo, meneando graciosamente el culo abultado aún por el pañal. Paró en seco al ver una cáscara de plátano cuyo amarillo resaltaba impúdico sobre el gris de la acera, muy cerca de una papelera. Recogiéndola y poniéndose de puntillas, la arrojó dentro.

—¡Niño, no coja ná der suelo! - vociferó el patriarca-

El chavea, con cara de tener cuarenta años, respondió muy serio:

—Abuelito é para que tú no la pise y te caiga.

El orgullo que sintió la mujer le hizo abrazarlo, llenándolo de besos maternalmente caníbales, “Ay hijo, ¡que te quiero!”.

Y se fueron los dos hechos uno, el inocente en brazos diciéndole adiós a su abuelo moviendo una manita, aferrado al cuello de su madre con la otra.

El viejo buscó un banco, sacando de la riñonera los Ducados y el encendedor. Cuando terminó el pitillo tiró al suelo la colilla, el paquete vacío y después de un repulsivo sonido gutural, un gargajo verde.

Luego se puso a chamullar: “cría cuerva en colegio pago pá que te deje malamente delante er nieto. Este sale cáscara amarga”. 

Y volvió a escupir. 

D. W

*Publicado por “El Observador” el viernes 13 de noviembre de 2020.


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